¿Qué se siente estar del otro lado?

Author Anónimo - -
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Llegué al lugar acordado, pasé por un corredor largo y fúnebre, tenia algunas manchas de sangre en las paredes, podía escuchar perros gruñir y hacer ruido por el olor a carne, yo solo estaba siguiendo al tipo de la capucha en la cara, seguimos caminando y por un momento se detuvo, me señalo una de las puertas del final del pasillo. Recuerdo haber pedido especificaciones en la habitación, quería que fuera totalmente circular, así no habría lugar donde esconderse o arrinconarse, solo se sentiría obligado a atacar. 

Entré, la puerta hizo un ruido que combinaba perfectamente con mi placer de estar allí; lo vi en la mitad, estaba sentado en una silla, amarrado de manos y pies, desubicado, tenía los ojos tapados, nervioso, su piel era blanca a diferencia de mis intenciones, pregunté de donde era, y me dijeron que no sabían, pero habían fotos de el y su trabajo. Me acerqué, le quite la venda, estaba llorando, decía algo que no entendía, no se que idioma era, pero puedo suponer que estaba rogando por su vida; era perfecto, solo me quedé viéndole el rostro y lo escupí “Me das asco” le dije…

Salí un momento y pedí mi traje, lo quería bien ajustado a mi cuerpo, que primara el color rojo, quería que combinara con el ambiente, mientras hacían esto me quedé viendo las fotos de el en su trabajo, parecía que era bastante bueno, se veía atlético y preparado, luego recordé que aunque yo estuviera listo, el no lo estaba, así que ordene que lo golpearan un rato para debilitarlo y poderme divertir más. Miré por el vidrio, los que lo golpeaban eran realmente buenos en lo que hacían, patadas en su hígado, golpes en su espalda, pobre diablo la estaba pasando realmente mal, y no tenia ni idea de lo que aun tenia que vivir… recuerdo que uno de ellos intentó golpearlo en la cara, así que tuve que entrar y detenerlo… no lo quería desfigurado, y mucho menos que por descuido arruinaran las orejas.

Entré con mis herramientas, las tenia alrededor de mi cintura, el se retorcía en la mitad del lugar, con una de las dagas que tenia corté sus ataduras, y le dije… “ven por mi”. Intentó levantarse pero era obvio que estaba en un estado de inconsciencia temporal, así que pedí algo de agua y le tire en la cara, poco a poco fue entendiendo lo que pasaba, se puso de pie balanceándose de un lado a otro, y empezó a correr hacia mi, esperé el momento oportuno y con su misma fuerza lo hice estrellar con la pared, aproveche su descuido y clave la primer pequeña daga en su espalda… allí empezó su dolor, las primeras gotas de sangre cayeron en el suelo.
Vi que sus piernas flaquearon, tenia que motivarlo, así que empecé a golpearle el rostro con mi mano, abrió sus ojos, azules puros ensangrentados, pude ver su odio, la maldad dentro de el, así que me levante y moví un poco la daga de su espalda, en ese momento enloqueció por completo, tuvo que llenarse de adrenalina supongo, y se puso de pie e intento golpearme, yo lo esquivaba fácilmente, por cada 2 o 3 golpes que le esquivaba yo le daba dos en su rostro. Su irá lo empezó a controlar, intento sacarse la daga de su espalda, creo que para usarla de arma, así que le extendí una de las que tenia en mi cintura; se abalanzó a agarrarla, y me quite en el momento adecuado, así que el cayó en el suelo; aproveche y clavé la segunda daga cercana al lugar de la anterior. 

Supuse que intentaría quedarse allí a morir desangrado, pero aun me quedaba una daga mas y el golpe final, me incliné y lo escupí de nuevo, empecé a reírme, levanté su rostro y le mostré la tercera daga, el solo se dio vuelta y me señaló su corazón, ¿Quería que se la clavara en el corazón? Jajaja por favor… iluso, yo no iba a tener piedad, no después de tantos asesinatos que el cometió. Lo levanté de su ropa, parecía un muñeco de trapo… lo puse de pie y lo empecé a empujar, quería que se golpeara contra las paredes; había mucha sangre ya en el cuarto, incluso me estaba resbalando un poco, así que decidí terminar antes de que se muriera desangrado, saqué la ultima daga y la clavé justo en medio de las dos anteriores… luego le di vuelta a cada una; sus gritos fueron increíblemente placenteros; lo miré por ultima vez a sus ojos y le dije, ¿Te gustó el juego Torerito? ¿Qué se siente estar del otro lado?

Saqué la ultima daga que clave en su espalda y le corté ambas orejas, salí del cuarto y pedí ganchos para carne, los clave en sus pies, y lo puse de cabeza para que escurriera la sangre que aun le quedaba. Fui a mi casillero por una rosa que compre, tomé una de las fotos que me mostraron de él en plena plaza regocijándose de su oficio, también puse ambas orejas y metí todo en un sobre, marqué el sobre con “y… Olé”; esa misma noche arrastré el cadáver hasta el frente de la plaza de toros y le puse el sobre encima, tal vez mi acción no acabe con el oficio de torero, pero si de algo estoy seguro es que mañana no habrá corrida.


Renzo - Dr. Creepy: Al leer la historia, espero que hayan podido percibir el sufrimiento que reciben los toros en estos brutales eventos. ¿La humanidad está avanzando? la tauromaquia es repudiable, y que alguien pueda disfrutar de esta cruel tortura en pleno siglo XXI me da vergüenza y asco.