Recuerdo que cuando era pequeña me gustaba caminar por las orillas de las banquetas, era divertido jugar con mi propio equilibrio y también imaginar que era una modelo en pasarela o una hermosa bailarina de ballet, siempre cuando estaba apunto de caer era emocionante ver el rostro de mi madre con una sonrisa, tomándome de la mano diciéndome; ¡Cuidado!.
Recuerdo mucho a mi madre era de tez blanca como la leche, es por eso que la leche es mi bebida favorita. Precisamente por eso me agradan las personas de ese color de piel me recuerdan a mi madre. Hoy invite a dormir a una compañera de colegio se llama Julieta, alta, delgada, ojos grandes negros y obviamente piel blanca; planeo drogarla y golpearla hasta que quede inconsciente y así poder quitarle su hermosa piel....desgarrarla lenta y cuidadosamente no quiero lastimarla demasiado.
Llegó Julieta a la casa trae un short muy corto, me agrada que use esa ropa así la puedo apreciar mas, cuando la vi quería beberla imaginé que sería dulce como la leche pero no me apresure demasiado.
Primero bailamos le di una bebida con alcohol y disolví en ella una pastilla que le provocaría sueño, tranquilizantes, esas que me da el doctor para mis ataques de esquizofrenia; drogada nos besamos intensamente, cuando ella estaba bastante tranquila la apuñale y golpee en la cabeza hasta que murió, comencé a quitarle la piel con cuidado, que hermosa textura, la lamí varias veces y era exáctamente como la imaginé ¡Dulce! tenia todos los trozos en mis manos... los lave y después los cosí a mi piel fue doloroso debo admitir pero sin duda valió la pena ahora cada vez que me veo en el espejo veo a mi madre.
